Depredadores de Gorilas

Enemigos naturales de los gorilas.

Al ver el tamaño y notar la fuerza de un gorila macho, es fácil suponer por qué estos primates básicamente carecen de depredadores naturales. Sus características físicas y su estructura social les ayudan a evitar que otros animales los maten y se alimenten de ellos, pero esto no significa que son intocables.

Posibles depredadores

La cuenca del río Congo es un hervidero de vida natural, en donde coexisten numerosas especies animales y vegetales. Los demás territorios en donde existen gorilas, como los bosques montanos y pantanosos, tampoco se quedan atrás. Los gorilas comparten sus hábitats con animales como búfalos rojos (Syncerus caffer nanus), loros grises africanos (Psittacus erithacus), elefantes africanos de bosque, hilóqueros (Hylochoerus meinertzhageni), y leopardos (Panthera pardus).

Los leopardos tienen la capacidad de matar a un gorila adulto.

Los leopardos son grandes y versátiles felinos que se alimentan de carne de múltiples animales. En sus hábitats, pueden toparse con gorilas incautos que son susceptibles de convertirse en su comida. Los leopardos son los únicos animales presentes en su rango de distribución que tienen la capacidad de matar a un gorila adulto. No es una tarea fácil, puesto que los primates más grandes del mundo son oponentes muy fuertes y organizados de tal forma que ante un indicio de amenaza, emiten llamadas de alarma. La principal ventaja de los felinos es su habilidad para escalar rápida y fácilmente los árboles, que son los sitios donde tales primates construyen sus nidos.

Enemigos naturales de los gorilas.
Leopardo, principal depredador natural de gorilas.

Pocas veces los leopardos se aprovechan de los gorilas machos adultos, pero lo hacen específicamente de los gorilas occidentales de llanura (Gorilla gorilla gorilla). Por lo general, evitan a los líderes “espalda plateada” que son más fuertes, y se concentran en los individuos jóvenes o en las crías. Dado que los gorilas viven en climas tropicales, sus restos desaparecen rápidamente, además de que son terminados por los carroñeros y por los insectos que los consumen. En una ocasión, los restos de un gorila occidental de llanura muerto por un leopardo en Gabón desaparecieron al cabo de 3 o 4 días.

Otros posibles depredadores son los cocodrilos, aunque los incidentes son poco probables.

Otros posibles depredadores son los cocodrilos que acechan casi inmóviles en las aguas, y que pueden atacarlos cuando se acercan a beber o cuando caminan en medio de los bosques pantanosos. Sin embargo, los incidentes son poco probables, ya que los gorilas pocas veces beben agua directamente de los ríos o pantanos. A veces, los gorilas no mueren durante el ataque, sino poco después debido a las heridas que se infectan o de las que no pueden recuperarse.

Pero no hay depredador más grande para los gorilas que los seres humanos, y esto sí está completamente registrado en la naturaleza. Ni siquiera los ataques de los leopardos tienen efectos negativos en las poblaciones de gorilas como sí los tienen los ataques por parte de humanos. Las razones por las que las personas atacan a los gorilas son diversas, pero por lo general persiguen la intención de comerciar con ellos. Los humanos capturan gorilas para venderlos vivos y para vender su carne o huesos, pero además, afectan las poblaciones al destruir o degradar el hábitat en el que viven.

Estrategias de defensa

Cuando un gorila detecta a un depredador cerca, lanza llamadas (vocalizaciones) de alarma que avisan a su familia que el peligro se acerca y así puedan reunirse, preferentemente cerca del líder “espalda plateada”. Este tiene la tarea de defender a su grupo de cualquier depredador, incluyendo al ser humano.

Las hembras acostumbran construir vínculos fuertes con los machos para que así estos las protejan.

Si el intruso no se disipa, el espalda plateada se coloca frente a él y realiza una exhibición amenazante que consiste en su posicionarse de forma que parezca más grande y robusto, golpearse el pecho con las manos y proferir fuertes gritos y rugidos. Los machos jóvenes pueden llevar a los demás lejos del intruso o atacarlo todos al  mismo tiempo. En ocasiones, el depredador prefiere no tener problemas con un gorila capaz de herir gravemente con sus dientes caninos, y se aleja.

Las hembras acostumbran construir vínculos fuertes con los machos para que así estos las protejan. Además, esto reduce las posibilidades de que ellos maten a sus crías.

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